Este módulo está diseñado para reparar, perdonar y reestablecer la confianza, creando una base estable desde la cual volver a crecer. Este es, quizás, el momento más difícil pero también el más liberador de todo el proceso.
1.1. El Punto de Partida: Diagnóstico Honesto y Decisión Consciente
Antes de intentar reparar nada, antes de aprender nuevas formas de comunicarnos o de planificar un futuro juntos, necesitamos hacer una pausa. Imaginen que vuestra relación es una casa que ha soportado una tormenta. No empezarían a repintar las paredes sin antes bajar al sótano a revisar si los cimientos están agrietados. Hacerlo sería, en el mejor de los casos, inútil; en el peor, peligroso.
Este primer paso es precisamente eso: una inspección profunda y valiente de los cimientos de vuestra relación. El objetivo aquí no es encontrar un culpable, sino encontrar la verdad. La verdad de lo que os ha traído hasta aquí. Este proceso se divide en dos fases inseparables: primero mirar con honestidad y luego decidir con consciencia.
Fase A: El Diagnóstico Honesto. Mirando la Relación sin Filtros
En mi experiencia como terapeuta, la mayoría de las parejas llegan a consulta hablando del último incendio (una discusión por el dinero, una palabra hiriente, un olvido), pero rara vez hablan de la fuga de gas que lleva meses o años en la casa. Nuestra primera tarea es ignorar el humo por un momento y buscar el origen del fuego.
¿Qué haremos para lograrlo?
1. Diferenciar el «Síntoma» de la «Enfermedad»: La pelea de anoche por los platos sucios no es el problema real. El problema real es, quizás, que uno de los dos se siente invisible, no valorado o tratado como un sirviente. Aprenderemos a preguntar: «¿De qué se trata realmente esta discusión?» Esto nos permitirá trascender la anécdota y llegar al núcleo del dolor.
2. Identificar los «Patrones Nocivos»: Toda relación desarrolla una especie de «baile» o una coreografía en sus discusiones. A menudo, esta coreografía es tóxica y se repite una y otra vez. Pondremos nombre a estos patrones. Por ejemplo:
-El Patrón «Crítica y Defensa»: Uno ataca con un «tú siempre…» o «tú nunca…», y el otro, sintiéndose acusado, levanta un muro y se defiende, impidiendo cualquier tipo de conexión.
-El Patrón «Perseguidor y Evitador»: Uno busca la conversación y presiona para resolver el problema «ahora», mientras que el otro se siente abrumado y se retira emocional o físicamente (se encierra en sí mismo, se va de la habitación).
-El Patrón del «Desprecio»: Este es el veneno más corrosivo. Se manifiesta a través del sarcasmo, las burlas, poner los ojos en blanco o cualquier gesto que comunique al otro: «eres inferior a mí».
3. La Herramienta Práctica: «El Estado de Nuestra Unión»
Para evitar que esto se quede en una conversación abstracta, realizaremos un ejercicio práctico y fundamental. De forma individual y por escrito, cada uno de vosotros reflexionará y puntuará (por ejemplo, de 1 a 10) diferentes áreas vitales de vuestra relación, tales como:
-Comunicación: ¿Siento que puedo expresar mis pensamientos y sentimientos de forma segura?
-Intimidad Emocional: ¿Me siento conectado/a y comprendido/a por mi pareja?
-Intimidad Física y Sexual: ¿Estoy satisfecho/a con nuestra vida íntima?
-Gestión de Conflictos: ¿Nuestras discusiones nos llevan a soluciones o a más heridas?
-Apoyo y Equipo: ¿Siento que somos un equipo frente a los desafíos de la vida?
-Valores y Metas Compartidas: ¿Sentimos que remamos en la misma dirección?
Compartir estos informes, con mi guía, no buscará demostrar quién tiene razón, sino crear un mapa completo y tridimensional de la realidad actual de vuestra relación, visto desde ambas perspectivas.
Fase B: La Decisión Consciente. ¿Estamos Realmente en el Mismo Barco?
Una vez que el diagnóstico está sobre la mesa, con toda su crudeza y honestidad, llega el momento más importante. Con la nueva claridad que habéis ganado, la pregunta ya no es «¿qué ha pasado?», sino «¿y ahora qué hacemos?«.
Hasta ahora, es posible que hayáis estado funcionando en piloto automático, reaccionando a las crisis. Este es el momento de tomar el control de forma deliberada. Se trata de tomar una decisión que no esté basada en el miedo a la soledad, la costumbre o la presión social, sino en una voluntad real y compartida.
Para ello, os invito a que cada uno, en la intimidad de su reflexión, responda a tres preguntas clave:
-La Pregunta del Corazón: ¿Quiero?
Más allá del dolor, la rabia y la decepción, ¿queda una brasa de amor, de cariño, de respeto o, al menos, un recuerdo de por qué elegí a esta persona? ¿Quiero, genuinamente, intentar salvar esta conexión?
-La Pregunta de la Realidad: ¿Puedo?
Siendo honesto/a conmigo mismo/a, ¿tengo la energía emocional, el tiempo y los recursos para embarcarme en este proceso de reparación ahora mismo? El querer no siempre es poder, y es crucial ser realista con las propias capacidades.
-La Pregunta del «Nosotros»: ¿Estamos AMBOS dispuestos?
Esta es la pregunta definitiva. Una relación es cosa de dos. Uno solo puede arrastrar el barco un trecho, pero no puede hacerlo navegar. Aquí es donde se evalúa el compromiso mutuo. La respuesta a esta pregunta debe ser un «sí» rotundo por ambas partes. Un «sí» dubitativo o un «sí, pero…» no es suficiente para iniciar una reconstrucción sólida.
Conclusión de esta etapa:
Al finalizar este primer paso, no tendréis la relación arreglada, pero sí algo mucho más valioso: tendréis claridad y un propósito. Sabréis exactamente dónde estáis parados, cuáles son las grietas estructurales y habréis tomado la decisión consciente y conjunta de que, a pesar de todo, merece la pena empezar a trabajar. Esta decisión es el verdadero cimiento sobre el cual construiremos todo lo demás.
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Continuamos nuestro trabajo de restauración adentrándonos en el segundo paso, la fase de cimentación. Una vez realizado el diagnóstico honesto y tomada la decisión consciente de reconstruir, llega el momento de preparar el terreno. No podemos edificar nada nuevo sobre los escombros de la culpa y los secretos. Este paso consiste en limpiar esos escombros y verter el hormigón de dos pilares fundamentales: la Responsabilidad Radical y la Honestidad Compasiva.
1.2. Cimientos para la Reconstrucción: Responsabilidad Radical y Honestidad Compasiva
Muy bien. Ya sabéis dónde estáis y habéis decidido que queréis emprender el viaje de vuelta el uno hacia el otro. Fantástico. Ahora bien, para que ese viaje sea posible, necesitamos un vehículo fiable y un combustible limpio. Esos son la responsabilidad y la honestidad. Sin ellos, nos quedaremos atascados en el mismo fango de reproches y desconfianza que nos trajo hasta aquí.
Pensemos en estos dos conceptos no como obligaciones o castigos, sino como los primeros actos de poder y liberación en vuestro proceso de sanación. Son las herramientas con las que dejaréis de ser víctimas de vuestra propia historia para convertiros en los protagonistas activos de vuestro futuro.
Pilar I: La Responsabilidad Radical . El Fin del Juego de la Culpa.
En la inmensa mayoría de las parejas en crisis que he tratado, observo un patrón agotador: el «Juego de la Culpa». Es un partido de tenis tóxico donde cada uno lanza la pelota de la culpa al campo del otro, esperando que el otro la falle. «¿Ves? Ha sido culpa tuya». El problema es que en este partido, aunque creas ganar un punto, la relación siempre pierde el set.
La Responsabilidad Radical es la decisión de abandonar ese partido para siempre.
¿Qué significa exactamente?
No significa asumir el 100% de la «culpa» del problema. La culpa mira al pasado y busca un castigo. La responsabilidad mira al presente y busca una solución. Significa asumir el 100% de la responsabilidad sobre tu propia contribución a la dinámica, sin importar cuán pequeña o grande creas que sea. Se trata de enfocarte única y exclusivamente en tu parte del tablero.
El Modelo del 100/100:
Olvidemos el mito del 50/50. La idea de que cada uno es responsable al 50% suele degenerar en una negociación mezquina: «Yo ya he cumplido mi 50%, ahora te toca a ti». Proponemos un modelo mucho más poderoso: el 100/100.
– Cada uno asume el 100% de la responsabilidad por sus propias acciones, reacciones, palabras y silencios.
Esto es increíblemente liberador. ¿Por qué? Porque dejas de gastar energía en intentar cambiar a tu pareja (algo que es imposible) y la inviertes toda en cambiar lo único que sí puedes controlar: a ti mismo.
La Práctica del «Círculo de Responsabilidad»:
Para que esto sea tangible, os invito a realizar el siguiente ejercicio con un conflicto reciente. Por turnos, y sin interrupción, cada uno completará las siguientes frases:
-«La parte de la que me hago 100% responsable en esta situación es…»* (Ej: «mi tono de voz condescendiente», «el haber sacado un tema del pasado», «el haberme cerrado en banda en lugar de expresar mi malestar»).
-«Mi reacción contribuyó a la escalada del conflicto cuando…» (Ej: «cuando puse los ojos en blanco mientras hablabas», «cuando elevé la voz», «cuando te ignoré y me puse a mirar el móvil»).
-«Lo que podría haber hecho diferente, independientemente de tu reacción, era…» (Ej: «respirar hondo antes de contestar», «pedir una pausa para calmarme», «expresar mi necesidad en lugar de lanzar una crítica»).
El objetivo no es pedir perdón aún, sino simplemente reconocer y poseer la conciencia y el poder sobre tu responsabilidad. Este ejercicio desactiva la defensividad y crea, por primera vez en mucho tiempo, un espacio de seguridad.
Pilar II: La Honestidad Compasiva. La Verdad que Construye, no la que Destruye
El segundo pilar es la honestidad. Pero cuidado, no cualquier tipo de honestidad. La «honestidad brutal» a menudo no es más que brutalidad disfrazada de virtud. Se usa como un arma para herir al otro bajo la excusa de «solo estoy diciendo la verdad». La verdad sin compasión es un martillo demoledor. Nosotros vamos a aprender a usar la verdad como un bisturí de cirujano: con precisión, cuidado y con la intención de sanar.
La Honestidad Compasiva es el arte de comunicar tu verdad (tus sentimientos, necesidades y percepciones) de una forma que maximice la probabilidad de que tu pareja pueda realmente escucharla.
Los 3 Componentes de la Honestidad Compasiva:
1. La Intención (El «Porqué»): Antes de hablar, haz una pausa y pregúntate: ¿Cuál es mi intención real al decir esto? ¿Busco herir, castigar o tener la razón? ¿O busco ser comprendido, conectar y encontrar una solución juntos? Si tu intención no es constructiva, es mejor guardar silencio hasta que lo sea.
2. El Formato (El «Cómo»): Aquí la regla de oro es: Habla desde el «Yo», no desde el «Tú» acusador.
–En lugar de: «Tú nunca me escuchas cuando te hablo, eres un egoísta». (Esto es un ataque directo que solo generará defensa).
–Prueba con la construcción: Observación objetiva+ sentimiento+ necesidad: «Cuando te hablo y noto que tu atención está en otra parte [Observación objetiva], yo me siento ignorado/a y poco importante [Tu sentimiento]. Para mí es muy importante sentir que conectamos [Tu necesidad]».
Esta estructura (Observación + Sentimiento + Necesidad) no es interpretable, es tu verdad. No ataca, invita.
3. El Momento (El «Cuándo»): El momento lo es todo. Sacar un tema delicado cuando estáis cansados, estresados, con prisa o en mitad de otra discusión es como intentar operar en medio de un terremoto. Aprenderemos a pactar «el momento adecuado», a pedir una cita para hablar de algo importante, creando un espacio-tiempo sagrado y seguro para las conversaciones difíciles.
*Una Nota sobre Secretos y Privacidad:
«La honestidad no significa una ausencia total de privacidad. La privacidad es tener un espacio interior, pensamientos y experiencias propias, y es algo sano. El secreto, en cambio, es ocultar de forma deliberada una información que, de saberse, afectaría a la integridad de la relación y a la confianza de tu pareja (una infidelidad, una deuda importante, una adicción). Los secretos son termitas que devoran los cimientos de la confianza. La honestidad compasiva implica traer a la luz esos secretos para poder lidiar con ellos.»
Conclusión de esta etapa:
Al terminar este módulo, habréis instalado un nuevo sistema operativo en vuestra relación. La Responsabilidad Radical os sacará del ciclo sin fin de la culpa, dándoos el poder de cambiar la dinámica. La Honestidad Compasiva os dará el lenguaje para expresar vuestras verdades más profundas de una forma que os acerque en lugar de alejaros.
Estos dos pilares, una vez asentados, crean la seguridad psicológica indispensable para el siguiente paso, que será el proceso activo de sanación, diálogo y, finalmente, el perdón. Habéis preparado el terreno, ahora estamos listos para empezar a reconstruir.
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Ahora hemos llegado al corazón de la cirugía. Después de haber diagnosticado el problema (1.1) y haber preparado el terreno con los cimientos de la responsabilidad y la honestidad (1.2), ahora entramos en la fase más delicada y transformadora: el proceso de sanación activa.
Pensemos en los pasos anteriores como la preparación de un quirófano: hemos esterilizado el campo y tenemos las herramientas listas. Ahora, con precisión y coraje, vamos a intervenir sobre las heridas. Este módulo requiere vuestra máxima presencia y vulnerabilidad. Es aquí donde el dolor del pasado se transforma en la fortaleza del futuro.
1.3. El Proceso de Sanación Activa: Diálogo Reparador, Perdón Genuino y Reencuentro Íntimo
Este proceso consta de tres movimientos interconectados, como una sinfonía. Primero aprendemos a escucharnos de una forma radicalmente nueva (Diálogo), luego trabajamos para liberarnos del peso que nos ancla al pasado (Perdón) y, finalmente, empezamos a reconstruir los puentes de la conexión emocional y física (Intimidad).
Parte I: El Diálogo Reparador — Más Allá de Oír, Empezar a Escuchar
Hasta ahora, vuestras conversaciones sobre temas dolorosos probablemente han sido debates. Cada uno con su argumentario, intentando demostrar su punto de vista, ganar la discusión y que el otro admita su error. El resultado es siempre el mismo: dos perdedores y una relación más herida.
El Diálogo Reparador tiene un objetivo completamente diferente. El objetivo no es estar de acuerdo, es entender. La meta es que, al final de la conversación, cada uno pueda decir con total sinceridad: «Puede que no vea las cosas como tú, pero ahora entiendo perfectamente por qué te sientes así». La validación de la emoción del otro es la llave maestra de la sanación.
La Herramienta: La Técnica del «Hablante-Escucha» (o Escucha Activa Refleja)
Para lograrlo, usaremos una estructura muy concreta que elimina la posibilidad de interrumpir, atacar o defenderse.
1. Definir Roles: Uno será el «Hablante» y el otro el «Escucha». Estos roles se intercambiarán.
2. Reglas del Hablante:
– Habla siempre desde el «Yo» («Yo sentí…», «Mi percepción fue…»).
– Comunica en bloques cortos de información, dos o tres frases a la vez.
– Concéntrate en expresar tus emociones y tu experiencia, no en describir los fallos de tu pareja.
3. Reglas para quien Escucha:
– Tu única tarea es escuchar para entender. No puedes responder, replicar, justificarte ni defenderte.
– Tu trabajo es ser un espejo. Cuando el hablante haga una pausa, debes reflejar lo que has oído.
El Proceso en Acción:
-Hablante: «Cuando llegaste tarde el otro día y no me avisaste, yo me sentí muy poco importante, como si mi tiempo no valiera nada».
-(Pausa)
-Escucha: «Ok, déjame ver si te he entendido. Lo que dices es que el hecho de que yo llegara tarde sin avisar te hizo sentir que no te valoro y que tu tiempo no es importante para mí. ¿Es eso correcto?».
-Hablante: «Sí, exactamente eso».
Continuamos este proceso hasta que el «Hablante» se sienta completamente escuchado y comprendido en su totalidad. Luego, y solo entonces, se invierten los roles. Este ejercicio es lento y a veces frustrante, pero es increíblemente poderoso. Cortocircuita los patrones de discusión habituales y crea por primera vez un espacio de total seguridad para la vulnerabilidad.
Parte II: El Perdón Genuino — Soltar el Ancla del Rencor
El perdón es, quizás, el concepto peor entendido en las relaciones humanas. Es crucial que desmontemos algunos mitos.
– Perdonar NO es olvidar. La memoria del dolor es una protección, pero no tiene por qué dominarte.
– Perdonar NO es condonar o decir «lo que hiciste estuvo bien».
– Perdonar NO es un acto de reconciliación automática. Se puede perdonar a alguien y aun así decidir que no es sano seguir en la relación.
– Perdonar NO es un evento único, a menudo es un proceso con altibajos.
Entonces, ¿qué es el perdón?
El perdón es un acto de liberación personal. Es la decisión consciente de soltar el ancla del rencor, la amargura y el deseo de venganza que te tienen encadenado/a al pasado y a la persona que te hirió. Guardar rencor es como tomar veneno y esperar que el otro muera. Perdonar es un regalo que te haces a ti mismo/a para poder seguir adelante sin ese peso.
¿Cómo se llega ahí?
1. Reconociendo la herida: No puedes sanar lo que no reconoces. Permítete sentir la profundidad de tu dolor, rabia o tristeza sin juzgarte.
2. Compartiendo el impacto: Usa el Diálogo Reparador para expresar a tu pareja el impacto real que su acción tuvo en ti.
3. La disculpa genuina: El que hirió debe ofrecer una disculpa que demuestre que ha entendido el dolor causado, asumiendo la responsabilidad (como vimos en el 1.2). Un buen perdón a menudo viene precedido de una buena disculpa.
4. La decisión consciente: Es el momento en que dices, para ti mismo/a: «Elijo dejar de invertir mi energía en este resentimiento. Elijo soltar el control que este evento tiene sobre mi presente».
Parte III: El Reencuentro Íntimo. Reconstruyendo el Puente de la Conexión
La intimidad es el resultado de la seguridad. Tras una crisis de pareja, el puente de la intimidad, tanto emocional como físico, queda destruido o muy dañado. La reconstrucción debe ser deliberada, paciente y sin presión.
Primero, la Intimidad Emocional:
Se reconstruye ladrillo a ladrillo cada vez que:
– Tenéis un Diálogo Reparador exitoso.
– Cumplís una pequeña promesa.
– Mostráis vulnerabilidad y es recibida con empatía.
– Compartís una risa o un momento de complicidad.
Luego, la Intimidad Física:
La conexión sexual suele ser lo último en recuperarse porque requiere el máximo nivel de confianza. Forzarla es contraproducente.
-Eliminad toda presión: El objetivo no es el sexo ni el orgasmo. El objetivo es la conexión afectiva a través del cuerpo.
–Empezad de cero, como si fuerais extraños conociéndoos: Volved al principio. A tomaros de la mano, a abrazos largos y sin agenda, a caricias en el pelo, a masajes en los pies sin que tengan que llevar a nada más.
-Hablad de ello: Utilizad las herramientas de comunicación para hablar de vuestros miedos, deseos y límites en esta área. «¿Qué necesitas para sentirte seguro/a conmigo a nivel físico?», «¿Qué tipo de contacto te apetece ahora mismo?».
Cuaderno de Taller del Módulo 1: Sanando el Pasado
La labor ahora es tomar esta teoría fundamental y convertirla en la acción práctica. Si el texto es el manual del cirujano, lo que yo te proporcionaré a continuación es el «Cuaderno de Taller»; es decir, las hojas de trabajo y los ejercicios prácticos que realizaréis paso a paso para llevar a cabo esa cirugía de sanación.
Aquí no hay teoría nueva. Solo la aplicación directa y estructurada de todo lo que acabamos de aprender en las secciones 1.1, 1.2 y 1.3.
Es importante que dispongas de un cuaderno y un bolígrafo o lápiz para realizar los ejercicios. Este será tu espacio personal de trabajo, un lugar donde podrás escribir con honestidad, valentía y compromiso. Sigue las instrucciones paso a paso y permite que cada reflexión encuentre su forma en tus propias palabras
Ejercicio 1: «El Estado de Nuestra Unión» (Basado en 1.1)
Objetivo: Obtener un diagnóstico honesto y tridimensional de la relación desde ambas perspectivas, sin culpas.
Instrucciones (Crucial):
-
Trabajen por separado. Tómense al menos 30 minutos a solas.
-
No piensen en la respuesta del otro. El objetivo es capturar vuestra verdad subjetiva.
-
Sean 100% honestos. Nadie va a juzgar vuestras puntuaciones. La claridad es el primer paso para sanar.
Hoja de Trabajo 1.1 – Mi Diagnóstico Personal
Para cada área, puntúa de 1 (Muy Mal) a 10 (Excelente) tu nivel de satisfacción personal. Luego, escribe una breve reflexión sobre por qué diste esa puntuación.
1. Área de Comunicación: (¿Me siento seguro/a al expresarme? ¿Siento que me escuchan?)
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Puntuación (1-10): ______
-
Reflexión (Por qué): ________________________________________________
2. Área de Intimidad Emocional: (¿Me siento conectado/a y comprendido/a? ¿Siento que somos un refugio el uno para el otro?)
-
Puntuación (1-10): ______
-
Reflexión (Por qué): ________________________________________________
3. Área de Intimidad Física y Sexual: (¿Estoy satisfecho/a con nuestra conexión física? ¿Siento deseo y me siento deseado/a?)
-
Puntuación (1-10): ______
-
Reflexión (Por qué): ________________________________________________
4. Área de Gestión de Conflictos: (¿Nuestras discusiones resuelven cosas o solo abren más heridas? ¿Repetimos los mismos patrones nocivos?)
-
Puntuación (1-10): ______
-
Reflexión (Por qué): ________________________________________________
5. Área de Apoyo y Equipo: (¿Siento que somos un equipo frente a la vida? ¿Confío en que mi pareja «me cubre las espaldas»?)
-
Puntuación (1-10): ______
-
Reflexión (Por qué): ________________________________________________
6. Área de Valores y Metas Compartidas: (¿Remamos en la misma dirección? ¿Tenemos un proyecto de futuro que nos ilusiona a ambos?)
-
Puntuación (1-10): ______
-
Reflexión (Por qué): ________________________________________________
Hoja de Trabajo 1.1 – La Decisión Consciente (Fase B)
Aún por separado, después de completar lo anterior, reflexiona sobre estas tres preguntas cruciales. Escribe lo primero que te venga del corazón.
1. La Pregunta del Corazón: ¿Quiero?
(Más allá del dolor, ¿queda una brasa de cariño o un recuerdo de por qué elegí a esta persona? ¿Quiero genuinamente intentarlo?)
-
Mi Reflexión: ________________________________________________
2. La Pregunta de la Realidad: ¿Puedo?
(Siendo honesto/a conmigo, ¿tengo la energía emocional, el tiempo y los recursos para embarcarme en este difícil proceso de reparación ahora mismo?)
-
Mi Reflexión: ________________________________________________
3. La Pregunta del «Nosotros»: ¿Estamos AMBOS dispuestos?
(¿Percibo en mi pareja la misma disposición? ¿Estoy dispuesto/a a hacer el trabajo aunque mi pareja dude, o necesito un «sí» rotundo de ambos para empezar?)
-
Mi Reflexión: ________________________________________________
Siguiente Paso: Cuando ambos hayan terminado, busquen un momento (con mi guía) para compartir vuestras puntuaciones y reflexiones. El objetivo no es debatir si la puntuación del otro es «correcta», sino escuchar con curiosidad para entender su realidad.
Ejercicio 2: «El Círculo de Responsabilidad Radical» (Basado en 1.2)
Objetivo: Romper el «Juego de la Culpa» asumiendo el 100% de la responsabilidad por vuestra parte de la dinámica.
Instrucciones:
-
Elijan UN conflicto específico y reciente (Ej: «La discusión del martes por la noche sobre el dinero»).
-
Siéntense uno frente al otro. Por turnos, uno hablará y el otro escuchará en silencio.
-
Completen en voz alta las siguientes frases, centrándose únicamente en vuestra propia conducta.
Guía del Ejercicio 1.2 – Asumiendo Mi 100%
Turno del Miembro A (Mientras B escucha en silencio):
-
«En la discusión sobre [vuestro conflicto], la parte de la que me hago 100% responsable es…»
-
«Mi reacción (o mi silencio) contribuyó a empeorar el conflicto cuando yo…»
-
«Lo que yo podría haber hecho diferente, sin importar lo que tú hicieras, era…»
Turno del Miembro B (Mientras A escucha en silencio):
-
«En esa misma discusión, la parte de la que yo me hago 100% responsable es…»
-
«Mi reacción contribuyó a empeorar el conflicto cuando yo…»
-
«Lo que yo podría haber hecho diferente, sin importar lo que tú hicieras, era…»
Reflexión Final (en voz alta): ¿Qué se siente al dejar de culpar y solo asumir la parte propia? ¿Cómo cambia esto la energía entre ustedes?
Ejercicio 3: «Diálogo Reparador – Hablante/Escucha» (Basado en 1.3)
Objetivo: Practicar la escucha activa para que uno se sienta comprendido, no necesariamente «apoyado» o «justificado».
Instrucciones:
-
Elijan un tema doloroso que necesite sanación.
-
Decidan quién será el Hablante y quién el Escucha primero.
-
Sigan las reglas con precisión quirúrgica. Este ejercicio es lento a propósito.
Guía del Ejercicio 1.3 – Reglas del Quirófano Emocional
Rol: EL HABLANTE
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Tu única meta: Expresar tu experiencia y tus sentimientos.
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Regla 1: Habla siempre desde el «Yo» («Yo sentí…», «Mi percepción fue…»).
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Regla 2: Habla en bloques cortos (2-3 frases). Luego haz una pausa.
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Regla 3: No culpes ni critiques. (Incorrecto: «Tú me ignoraste». Correcto: «Cuando miraste el móvil, yo me sentí ignorado/a»).
Rol: EL ESCUCHA
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Tu única meta: Ser un espejo perfecto.
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Regla 1: PROHIBIDO defenderse, justificarse, opinar, contraatacar, poner los ojos en blanco o dar tu versión de la historia.
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Regla 2: Tu única frase permitida es una variación de: «Ok, si te he entendido bien, lo que dices es que tú sentiste… [refleja lo que dijo]. ¿Es eso correcto?»
El Proceso (Repetir hasta el final):
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Hablante: (Dice 2-3 frases).
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Escucha: (Refleja con la frase mágica).
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Hablante: (Confirma: «Sí, eso es» o corrige: «No exactamente, es más bien que sentí…»).
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El Escucha vuelve a reflejar hasta que el Hablante confirme que se siente 100% entendido.
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Repitan este ciclo (Hablante habla / Escucha refleja) hasta que el Hablante diga: «Me siento completamente comprendido/a».
Siguiente Paso: Tomen un respiro de 5 minutos. Luego, inviertan los roles y repitan el proceso completo.
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Conclusión de esta etapa: Este cuaderno es la parte más dura del trabajo. Es la cirugía. Si han logrado hacer estos ejercicios con honestidad, acaban de limpiar la herida y poner los cimientos, habéis aprendido a hablar el lenguaje de la sanación, habéis empezado a soltar el peso del pasado y habéis trazado el mapa para reencontraros en la intimidad.
Recordad que la sanación no es una línea recta. Habrá días buenos y retrocesos. Lo importante es que ahora tenéis las herramientas para navegar esos momentos. Habéis completado la cirugía. Ahora, con la relación estabilizada, estamos listos para abordar las siguientes fases: El Fortalecimiento y la Proyección hacia el futuro ¡Enhorabuena por vuestra valentía!